jueves, 21 de noviembre de 2013

martes, 19 de noviembre de 2013

Puigmal - senderismo


Para los amantes de la montaña y que les guste respirar su esencia, llenarse de su fragancia, cargarse de su energía, caminar por sus tierras firmes y a veces toscos lugares.

Sentir como te toca el aire veloz,  y cansarse un poco por supuesto, les sugiero “Puigmal”.
No te pierdas observar el vuelo de las aves y unirte a ellos en su vuelo. Correr velozmente junto al ciervo en libertad y no poder tocarlo.

Es una de las montañas más emblemáticas de Cataluña, y la más alta de la provincia de Girona (2.913m con un desnivel de 1000m aproximadamente desde Fontalba)

Prepara tus botas, el camino es arduo, asegúrate del tiempo que hará ese día, en la cima el frio y la niebla se hace presente.

No olvides unos bocatas +bebida + algún producto energético (barritas, frutos secos).

Recomiendo alojarse por la zona hay muchos refugios. (No olvides el saco de dormir si estás pensando en esta alternativa)

.. y ahora un poco de leyenda…..(extraído del libro de leyendas Catalanas)

El diablo del Puigmal
Antiguas creencias decían que esta montaña acogía a toda clase de demonios, brujas y espíritus malignos. De hecho, antes de la construcción del santuario se decía que la zona de los siete valles era un lugar maldito. Por eso, cuando los pasto­res subían su ganado al valle, pedían a la Virgen que los protegíera.

Cuentan que, una vez, una pareja de pastores se hizo acompañar a Núria por una prostituta. Pretendían pasar la noche con ella, pero apareció un demonio y se les adelantó. Cuando la mujer se dio cuenta de la naturaleza de aquel ser, quiso huir. Los pastores y la prostituta rogaron a la Virgen de Núria que los ayudara y, con pequeñas ramas y sus propias manos, hicieron unas cruces para mantener alejada a aquella bestia. Entonces, el diablo se fue corriendo en dirección al Puigmal, donde aún debe permanecer si nadie lo ha echado.

El gigante Puigmal
El pobre Ferragut no es el único gigante que descansa cerca de Núria. Una antigua creencia identifica el Puigmal con un ser enorme y poderoso, que vela por el bien­estar de todas las plantas y los ani­males de la zona. Cuenta la leyenda que que hace años, cuando aún ha­bía ciervos en los Siete Valles, un cazador muy poco respetuoso con la naturaleza llegó a las faldas del Puigmal y perseguía a todos los animales que encontraba a su paso. El gigante, muy molesto por aquella actitud, le llamó la aten­ción. El hombre se disculpó alegando que necesitaba comida para sus hijos. Entonces, el gigante Puigmal elaboró queso con la leche de un gamo. Se la dio al cazador y le advirtió que, mientras no se comieran el último trozo, siempre tendrían queso.

Durante cierto tiempo, el cazador, que en realidad no tenía ningún hijo, se alimentó del queso que le había regala­do el gigante Puigmal. Cada vez que cortaba un trozo, el queso se reponía por sí solo. Pero pronto el hombre se cansó de aquel alimento y, sin pensarlo dos veces, se metió el queso entero en la boca y se lo tragó. Cuando volvió a tener hambre, se dirigió de nuevo a los siete valles dispuesto a cazar al primer animal que se le pusiera delante. No sabemos si fue un ciervo o un rebeco, pero el caso es que nadie vol­vió a ver vivo a aquel hombre.

“Puigmal a lo lejos”... El camino está bien señalado, a lo lejos se puede ver la cima de la montaña, disfruta del camino.


 












Desde cielo y tierra vigilan y cuidan la zona.






























El camino es duro pero no más que la vida en si.



 











No mires atrás. Siempre mirando adelante.
 



 










Siempre y cuando no te rindas, Al final todo tiene su recompensa.